En el acceso a San Martín desde Oberá, está instalado un parador para camioneros o para quienes quieran desayunar o almorzar. La especialidad que sirve es torta frita o chipa amasada con matecocido. La intención del dueño es seguir creciendo en el servicio que brinda.
Julio Alberto Losantos (54), fue camionero durante 33 años, oriundo de la localidad de L. N. Alem, “por esas cosas del destino”, desembarco en San Martín, allí hace 8 meses instalo un parador para camioneros y paso a ser su estilo de vida, atendiendo con preferencia a los chóferes que circulan en la ruta.
“Yo sé lo que es estar en la ruta y no encontrar un lugar agradable para comer, muchas veces paras en lugares paquetes y no sos bien atendido, acá la preferencia es el camionero, que ya tengo varios clientes”, comentó Julio a NeT.
El día estaba gris, sobre la parrilla algunos chorizitos recibían el humo del poco carbón que quedaba en la parrilla adaptada por un tambor, pero la especialidad ya se había terminado, faltaban dos horas para cerrar el negocio e ir a descansar para levantarse temprano y preparar los productos para todos los que quieran parar a desayunar.
“Con mi compañera nos levantamos temprano para preparar la masa, así a las 7 de la mañana la mesa está lista para recibir a los clientes”, dijo con una sonrisa el ex camionero.
33 años recorriendo las rutas del país y países vecinos, pero por diferentes cuestiones y de decisiones, dejo su localidad natal y se instaló al costado de la ruta, trabajo para el actual intendente, se reencontró con el amor y con su pareja llevan adelante el proyecto de parador.
“Digo que es cosa de Dios, porque si no hubiese conocido a mi compañera y no hubiese tenido esta posibilidad, no sé dónde podría llegar a estar, seguramente pidiendo por la calle”, reconoció con los ojos húmedos.
Actualmente también cocina para los policías que están de guardia en la comisaría local, luego del desayuno piensan en el almuerzo, para las 11 empiezan a llegar los camioneros, quienes ahora cuentan con el servicio de televisión satelital, “puse la televisión porque también quieren informarse, es un servicio más, respecto a la comida, todo lo que cocino vendo todo”, resaltó motivado.
Otros de los manjares que tiene para servir es la sopa paraguaya, sándwiches de milanesa, pero el principal atractivo es la torta frita que está señalizado con carteles al costado de la ruta.
La anécdota, la atención a turistas brasileños, quienes llegaron a disfrutar de la torta frita, “paso el auto de alta gama, regreso, se estacionó y bajaron una pareja del vecino país Brasil, no sabes cómo comieron el choripán, se fueron muy contentos y dijeron que iban a recomendar el lugar”.
Para completar el negocio, solo le falta una freidora, que no descarta que luego de pagar la heladera vitrina que adquirio y la paga semanalmente pueda gestionar el elemento necesario para la cocina, “así estoy completito, solo me falta la freidora, pero ya vamos a comprar”, finalizo esperanzado Julio Alberto.