
La hija del ex presidente de Federación de Colectividades, Enrique Forni fue denunciado por abuso sexual, habría ocurrido cuando Antonela era niña, por el lapso de varios años, dónde la mujer no podía contar lo que estaba pasando. Hoy mayor de edad, decidió sacarse la pesada mochila y hacer las denuncias judiciales correspondientes y hacerla pública en la red social Facebook. Pide además que nadie proteja a los abusadores sexuales.
Rápidamente se hizo viral la denuncia pública, recibiendo el apoyo de la gente, pidiendo justicia por tantos años de sufrimiento, la nota fue replicada más de 300 veces por amigos y familiares en apoyo a la mujer que sufrió abusos sexuales por parte de su propio padre.
Aquí el descargo de Antonela
Hago pública mi denuncia a Enrique Nicolás Forni (mi progenitor) que actualmente vive en Oberá, quien desde los 9 hasta los 16 años abusó sexualmente de mí, manipulando mis silencios perjudicando mi integridad sexual y psicológica.
En Marzo de este año hice mi primer contacto con la línea 137 pidiendo ayuda, me derivaron a la línea 102, desde ese momento y hasta ahora sigo con su contención psicológica.
EL 9 de agosto hice la denuncia con asesoramiento de la línea 137 en la comisaría de la mujer de villa cabello. Ahora la denuncia está en el juzgado de instrucción 3, secretaría 2 de la ciudad de posadas, desde la fecha hasta hoy sigo esperando la citación para la ampliación de denuncia.
Después de hacer la denuncia, mi progenitor trató de contactarse llamándome insistentemente en reiteradas oportunidades y sin recibir respuesta me escribió diciendo que no le cierre la puerta y que vayamos al psicólogo juntos. También le pidió a mi hermana que me escriba lo mismo y su actual pareja me envió un mensaje diciendo que si quería hacer la denuncia que la haga, pero que hable con él porque se encontraba mal. Por esto nuevamente acompañada de la línea 137 me acerqué a la comisaría de la mujer de villa cabello e hice otra denuncia para pedir la restricción de acercamiento y un botón de pánico- la cadete que me tomó la denuncia me dijo que el botón de pánico no era necesario porque él vive en Oberá…- Esta denuncia que ingresó al juzgado de violencia familiar se hizo efectiva y el juez dictaminó la restricción.
Días antes y después de hacer la primer denuncia se lo conté al resto de mis hermanos, hablé con mamá y le conté a mis tíos maternos. También se lo conté a una tía paterna y me respondió con un rotundo “no te creo”, por lo que decidí no hablar más con el resto de ellos y esperar que me pregunten si quieren saber.
Hay gente que me pregunta qué sentido tiene hacer la denuncia después de tanto tiempo, me dicen también que hable con él o incluso que le perdone.
¿Saben por qué hago la denuncia?
– Porque ahora puedo defenderme, y no solo a mí, defiendo a la nena de nueve, de diez, de once y todas las siguientes, que se quedaron calladas con miedo, vergüenza y dolor.
– Porque ahora tengo la fuerza para hacerlo y ya no tengo vergüenza.
¿Cuál sería la razón para callarme? No existe ninguna, en cambio si para gritar.
Muchos me dicen: “si eso te va a sanar metele para adelante”. Yo sé y tengo claro que nada me va a sanar ni borrar los recuerdos, pero quiero justicia, porque ese dolor que tengo no me lo saca nadie, porque esta mochila pesada no me la puse sola a los nueve años, me la puso un adulto perverso que toda la vida manipuló mis silencios.
Hoy con 28 años tuve la certeza y la fuerza para hacer la denuncia y quiero que se haga justicia y este hombre deje de circular como si nada por la calle, porque cometió un crimen, porque el abuso es un crimen, y cualquiera que lo haga sea quien fuera tiene que cumplir la condena que la justicia dispone en los casos de abuso sexual.
Quiero agradecer a todas las personas que me contienen, escuchan, apoyan y acompañan en esto, a mi pareja, a mi mamá y sus hermanos, a mis hermanos y mis compas que me escuchan y aguantan, a la línea 102 y 137, a Melu Llanos y al colectivo de genero que siempre lucha con y por nosotras.
Ahora no me callo. No voy a encubrir más a mi abusador y espero que nadie lo haga.