Alineando ideas en pos de las venideras elecciones del año próximo, los máximos referentes del Partido se reunieron anoche en la sede Partidaria de Posadas (Lopez y Planes 2964).
La concepción Justicialista es una concepción simple, con una base filosófica encarnada en la defensa del trabajo y la felicidad del pueblo. El Peronismo hoy en día es la única fuerza cívica y herramienta electoral que conserva estructura y potencia capaz de defender los derechos de los trabajadores.
La contundencia del paro nacional realizado el 25 de septiembre da muestras claras de esto. El movimiento obrero organizado, los movimientos sociales, las centrales de trabajadores excluidos han pivoteado en el eje central de la doctrina peronista que es la defensa de los más humildes y la lucha en favor de la salvaguarda de nuestra soberanía, a contraposición de los proyectos neocoloniales, representado en el Gobierno de Cambiemos, que han entregado con un servilismo nunca antes visto las riendas de nuestra Nación a los mandatos del Fondo Monetario Internacional.
Como se ha venido gestando, lo característico de la movilización en contra del saqueo neoliberal, ha sido su poder de amalgamar las diferentes organizaciones libres del pueblo. Pero quizá lo más importante para la continuidad de este despertar, fue saber que el régimen neoliberal es débil ante la organización, que se lo puede derrotar; lo que da a lugar a un estado de ánimo popular desobediente a las ideas fuerzas emanadas desde el poder y a una predisposición material tendiente a la unificación y a movilizarse expansivamente.
En la construcción de una fuerza política eficaz no debemos sesgarnos a desestimar alianzas con fuerzas o sectores con los cuales se tienen diferencias tácticas, la razón del éxito está que en la combinación de las características particulares de cada sector del Movimiento converjan hacia un objetivo único. En esa tarea se debe realizar lo fundamental, que es discernir quienes son los amigos de los enemigos y todo aquel que lucha por lo que representa nuestra doctrina, como la defensa del trabajo, la salud, la educación, la seguridad alimentaria, el derecho a una niñez sana y una vejez digna; es un compañero. Y en esto no debemos tener recelos, porque la historia ha demostrado que no existe fuerza política en la Argentina capaz de enfrentarse a un Peronismo Unido.
Debemos trabajar con humildad en pos de aportar el volumen político necesario a todas las expresiones que buscan la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación, con la tesitura suficiente de no caer en personalismos o en el fraccionamiento innecesario de grupos identitarios.
El peronismo es el sentir nacional y de esa forma debemos avanzar en colectivo. Nos quieren divididos y atomizados ya que solo de esa forma las clases acomodadas podrán llevar a cabo su programa de miseria.
El objetivo es ganar las elecciones, porque la Oligarquía que hoy detenta el poder del Estado no vino a gobernar, vino a saquearnos y a entregar el país atado de pies y manos a los poderes extranjeros. Por lo tanto no es tiempo de paladares negros ni de imponer estilos de conducción, es tiempo de unión para derrotar de una vez por todas a los CEOs que hacen negocios con la dignidad de la Patria.
Somos un movimiento amplio donde abrevan cientos de corrientes políticas, porque en esencia el peronismo es una fuerza solidaria y nuestra solidaridad nunca ha sido ni sectaria ni excluyente.
Es por eso que debemos bregar solidariamente por una construcción política amplia y diversa donde se conjuguen todos los elementos del campo nacional.
La conducción de dicha fuerza la tiene que ejercer el peronismo y sus dirigentes, de forma orgánica, teniendo en cuenta el criterio de oportunidad y maniobrabilidad. Una fuerza que sea capaz de darle derrota al modelo neoliberal debe ser ágil y dinámica a la hora de replantear los esquemas tácticos en un escenario cambiante. El éxito está en la capacidad de plantearse una estrategia clara, una conducción monolítica, flexible en la acción y certera en la ejecución.